Es cierto que después del diagnostico vienen días de tristeza pero gracias a Dios entendí en poco tiempo que no debía hacer o guardar un luto, muy por el contrario comprendí que debía ponerme manos a la obra con los tratamientos y terapias. Todo esto ha ido muy bien, pero lo que recientemente he comprobado es el poder de la alegría.
Hace 1 mes exactamente noté que cuando yo exageraba mi alegría y cambiaba mi aburrido sastre para transformarme en la "mamá mas divertida del mundo" mi pequeño tenía muchos momentos de felicidad y sobretodo lograba en él mejoras en la comprensión de nuestro mundo.
Cuando él me ve alegre, lo es también. Ahora jugamos en el piso, saltamos en la cama, lanzamos la pelota sin importar donde va, hago juegos de esconderme y aparecer por detras de mi ropa del closet. Todos estos juegos lo hacen explotar de risa.
Aprendió muy rápido el juego del "te chapo", le encanta verme caminar marchando y se me une tomandome de la mano con una sonrisota de oreja a oreja.
Gracias a esto, él siempre prefiere estar cerca de mi, o de mi esposo, o de su tía. Es decir no le gusta estar solo.
Muchos libros hablan sobre el poder de la alegria en el ser humano, como cura tu cuerpo y tus emociones, como liberas las tensiones y los malos sintomas.
Por ello, los invito a que lleven alegría a sus hogares, que fluya mucha alegria con sus hijos. Es un camino que los llevará no sólo a disfrutar gratos momentos sino también a la salud.
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